>Crónica escrita por Raquel Estévez y Patricia Gallego

> Fotos realizadas por Ángel Fidalgo, Fernando Poblet, Javier García-Yanes y Patricia Gallego

Hay minerales que te enganchan, y eso es lo que nos pasó a los compañeros del GMM que el pasado mes de abril visitamos los alrededores de la cantera conocida por los aficionados como La Tinaja en Pantoja (Toledo).
En algunas canteras del municipio dedicadas a la explotación de arcillas utilizadas en la fabricación de materiales cerámicos, se han recogido excelentes aragonitos aciculares formando esferas de agujas.
Nuestro punto de encuentro para esta salida fue el restaurante “El Mika” donde Aitor Sopelana, geólogo y director de la excursión, nos esperaba para antes de iniciar nuestra salida a la explotación, darnos una charla sobre la historia geológica de la zona. Aitor fue un excelente comunicador. Supo captar desde el minuto uno la atención de todos nosotros, con una sencilla explicación sobre cómo se forma este característico mineral haciéndonos al tiempo una breve introducción histórica que nos permitiera apreciar el entorno. Salimos, después de este breve encuentro, dispuestos a pasar una jornada de camaradería y con la ilusión de encontrar nuestros esperados tesoros en forma de “erizos de carbonato cálcico”.
Al llegar a la finca, Aitor nos fue aconsejando las zonas dónde podía intuirse el mineral. Había dos localizaciones que por así decirlo podrían contener el “filón” de lo que buscábamos. A ras de suelo en la zona de la llanura, o en el propio corte de la montaña de la explotación. Para este segundo punto, debíamos buscar las franjas de distintos colores que delimitaban las capas de sedimentación de materiales. Si separábamos material por encima de la franja de color teja y entre medias del color grisáceo la formación de geodas tenía posibilidad de ser más abundante. Sólo quedaba tener “suerte” y que la geoda no estuviera hueca, si no que contuviese … Eureka! un aragonito acicular.
Esa mañana el paisaje de la explotación se vio animado con la ilusión de todos nosotros, que nos fuimos desperdigando en pequeños grupos tanto por la zona de la llanura como por la ladera del terreno.
La suerte de los compañeros del grupo esa mañana fue variada. Hay quien encontró verdaderas piezas de colección, otros por el contrario no fueron tan afortunados. He leído en algunos blogs y foros de mineralogía, que el aragonito acicular de Pantoja no es de lo más valorado entre los aficionados. Imagino que puede deberse a la fragilidad de estas piezas, pero por alguno de los erizos que recogimos esa mañana, opino que el saber encontrar la belleza está en el ánimo y en el subconsciente de cada uno. Para nosotros, en esa jornada, fuimos testigos y pudimos observar la belleza que nos ofrecen los minerales, y el carbonato cálcico desde luego nos mostró todo su potencial. Los que más disfrutaron con la recolección fueron nuestros mineralogistas más noveles, prueba de ello son las fotos del reportaje realizado. Todos cosecharon y costaba retirarles de allí al finalizar la jornada. Además Aitor les había traído de obsequio una muestra de pirita de colección a cada uno.
Ah! No nos olvidemos de una cosa importante, que es la manipulación y traslado de estas piezas. De su preparación y cuidado al embalar, dependerán los resultados finales cuando lleguemos a casa. Aquí cada uno tiene su secreto. Un consejo para este tipo de piezas, y que nos facilitó Aitor es introducirlos en las hueveras que todos tenemos en casa, mejor si es con los aragonitos envueltos en algodón.
Algunos aficionados se marcharon para comer por la zona, otros nos quedamos allí disfrutando de la buena compañía y recogiendo más muestras. Como puede verse en las fotos algunas excelentes, las de Javier y Ángel especialmente.
Y después de entregar el ejemplar de la revista Bocamina nº 13 que incluye el artículo de los aragonitos de Pantoja a los afortunados, dimos por finalizada la excursión, aunque algunos se quedaron allí.
Y carretera y manta.
Hasta pronto amigos mineralogistas!!