21 Abril 2018

Excursión a Arroyo Fresnedoso, en Moraleja (Cáceres)

 

El pronóstico de lluvia que ya viene siendo habitual los últimos años para nuestra jornada bateadora no acobardó a nadie, los treinta y un bateadores del Grupo Mineralogista iban llegando a su cita anual en la gasolinera de Moraleja.
Después de los saludos e intercambios, Iñigo y Juanjo salieron hacia el Arroyo Fresnedoso acompañando a los bateadores más tempraneros y puntuales.
Después, con el resto del Grupo, partimos al Fresnedoso. Cuando llegamos, Iñigo había empezado su clase magistral de técnica geoquímica de bateo en el Arroyo. Todos prestando mucha atención, incluso algunos repetidores, entre los que me incluyo.
Mientras tanto, algunos avezados bateadores ya entregados a la búsqueda del precioso metal, Angel, Frank y Ricardo, entre otros, iban poniendo el listón muy alto. Batea tras batea a buen ritmo, indiferentes a la lluvia que había comenzado, iban apareciendo las preciosas pepitas.
Entre los asistentes y por segundo año consecutivo, dos periodistas de la televisión de Extremadura del programa “El lince ibérico”, impresionados con el bote de las muestras que había conseguido Angel.
Poco a poco, todos íbamos consiguiendo las nuestras, algunos totalmente empapados con la lluvia pero tan concentrados con sus bateas seguíamos insistiendo indiferentes a la climatología.
Iba llegando la hora de la comida, y Juanjo y yo creimos que era el momento de premiar a los dos mejores bateadores, al mejor de cada Grupo. Entre los aficionados del AGEX era una joven y feliz bateadora la que había obtenido la mayor pepita y muy contenta recibió sus obsequios, un libro del AGEX, una revista Bocamina y una camiseta de cada Grupo.
En el GMM, la caza mayor correspondía a Ricardo, nuestro Presidente, que recogió muy contento sus obsequios para su hija.
Mientras algunos nos íbamos situando como podíamos para comer, otros se encaminaron a la quesería El Rañal, a avituallarse con sus deliciosos quesos, todos antes o después terminamos allí. El ambiente como siempre estupendo y las ganas de practicar este ocio tan científico como divertido a tope, todos, tanto jóvenes como mayores.
Sobre las tres de la tarde la lluvia caía con fuerza y muchos bateadores se fueron retirando, los que resistimos allí fuimos premiados con una tarde soleada y tranquila en el Arroyo.
Y con la mayor pepita lograda en toda la jornada, cuyo bateador Alejandro todavía debe estar sonriendo……
Además apareció por allí un aceitero local de cultivo biológico con sus dos hijos encantadores, que se unieron al grupo para aprender a batear, Gema y Eloy fueron sus maestros, menudo nivelazo! Y como no podía ser de otra manera, consiguieron sus pepitas, la cara de alegría que puso el pequeño al lograrlo la
guardo en mi memoria como de lo mejor de la jornada. Esperamos poder verlos de nuevo como bateadores!
Y el tiempo no daba para más, intercambiando teléfonos llegaba la triste despedida. Un año más lo habíamos pasado en grande, compartiendo afición y disfrutando de ese entorno privilegiado y de la muy grata compañía. Y carretera y manta. Hasta pronto amigos mineralogistas!
Patricia Gallego Abaroa

Tesorera Grupo Mineralogista de Madrid