25, 26 Noviembre 2017 Excursión a Riotinto y Tharsis La cita de la reunión era a las 10 horas en la puerta del Hotel Vázquez Díaz en Nerva y la mayoría del grupo habíamos pernoctado en el Hotel de Casiano, por lo que a la hora convenida estábamos preparados, dispuestos y con muchas ganas de minería, el entorno no podía ser más impresionante para ello.Durante el desayuno, Ricardo y Primitivo, nos habían marcado el itinerario a seguir por la mañana. La larga caravana de vehículos salió bastante puntual, con la incorporación a última hora del asistente que faltaba. Nuestro destino por fin: Tharsis. Había pasado más de un año desde que el fundador del GMM, Gonzalo García, nos había hecho esta recomendación como destino imprescindible para todo minero aficionado. Cuantas ganas de estar aquí y como impresiona este paisaje, 5.000 años de Historia de la Minería ante nuestros ojos. Por el camino, una agradable sorpresa, atravesar el pueblo de Villanueva de Las Cruces engalanado y coqueto en azul y amarillo para su romería con su banda de música y sus autoridades y vecinos a tono ¡ Qué bonito!. Tras una parada para refrigerio de unos y copioso almuerzo de otros y un despiste de dos kilómetros recorridos de más, nos desviamos de la carretera tomando una pista para alcanzar nuestro primer destino: las ansiadas goetitas irisadas. Aparcamos los coches en un precioso paisaje, con corta inundada y muy cerca de lo que luego supimos eran restos de la explotación romana. Todavía nos aguardaba una muy grata sorpresa el día. Fuimos subiendo la cuesta, sinuosa y con miradores a los lados, el panorama minero es imponente. Las muestras de las goetitas ya se van observando a lo largo del camino. Y tras alcanzar la escombrera, nos fuimos situando donde mejor nos parecía. Recogimos nuestras muestras con especial deleite por el paisaje minero del entorno y por la abundancia de estas. Pero llegó la hora marcada para regresar a los coches a comer y fue entonces, cuando tuvimos la suerte de encontrarnos con Andrés Hernández, Ingeniero de Minas de La Rabida y vecino de Tharsis. Sus profundos conocimientos y su entusiasmo por la minería de Tharsis nos atrajeron, y para colmo se ofreció a acompañarnos por la tarde a visitar la zona. Teníamos a la vista uno de los primeros restos de la explotación romana y muy cerca el cementerio minero inglés. Nos fuimos agrupando para la comida compartiendo condumios, no faltó de nada, con degustación de jamón de la zona incluida, algunos incluso sentados en mesa con impresionantes vistas. Y nos pusimos en marcha porque habíamos quedado con Andrés en el Círculo Minero Recrativo de Tharsis y antes queríamos hacer una parada que nos cogiera de camino, nos decidimos por el cementerio inglés, impresionante por su ubicación y por lo que representa. Antes de entrar al Círculo, posado general del Grupo para inmortalizar la jornada. Degustamos el café, mientras Ricardo preparaba con Andrés esta ruta improvisada que tan generosamente nos ofrecía. Este Ingeniero de Minas de La Rábida lleva más de quince años realizando estudios de todos los pozos de Tharsis, no podíamos disfrutar de una mejor compañía para recorrer estos restos mineros. Guiados por Andrés llegamos a los restos de la inmensa Explotación Minera cercana al Filón Norte, cuyas instalaciones, plantas de triturado, silos de descarga, subestaciones eléctricas,etc… dan buena cuenta de la magnitud y del volumen del mineral recogido para la obtención de hierro, cobre y azufre a partir de la extracción y tratamiento de las piritas. En la parte de la estación del ferrocarril, junto a las vías, todavía se mantienen dos máquinas de tren. Algunos edificios de encuentran en estado totalmente ruinoso. Este deterioro al parecer, ha sido bastante reciente, en los últimos diez años. Andrés nos relataba que el año 2.000 los edificios estaban en perfecto estado. Es una pena que un Patrimonio Minero tan importante, con tanta historia a sus espaldas, se encuentre en ese estado de abandono. En cualquier caso disfrutamos mucho de esta visita que te sitúa de verdad en el corazón de la historia de la minería de España. Las piritas masivas también nos impresionaron por lo diferentes y pesadas, la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a las de Navajún y Ambasaguas. En las partes más húmedas, el terreno que pisábamos estaba cubierto de cristales de azufre…. Andrés, paciente y entusiasta respondía a todas las preguntas que nuestro grupo le hacía sin cesar, “el ansia”. Con sus explicaciones, casi estábamos viendo funcionar el cargadero. Y para colmo, Maria Luisa casi al final de la visita, descubrió que en Madrid a veces coincide con un tío de Andrés, minero de Tharsis, el mundo es un pañuelo. La hora de vuelta se nos echaba encima y fuimos a por los coches para un último paseo antes de perder la visibilidad, Andrés eligió el Filón Norte y Sierra Bullones como despedida. Así disfrutamos de las espléndidas vistas, de la enormidad y profundidad de la corta, y sobre todo de sus grandes conocimientos y amor por la minería de Tharsis y tras las despedidas y agradecimientos, salimos zumbando para Nerva. Algunos con intención de comprar jamón antes de llegar y otros para ver el Museo de Vázquez Díaz de Nerva. Disfrutamos recorriendo el museo, muy especialmente de la sala sobre la minería del entorno, cuyas pinturas, grabados y fotografías ponían la guinda a la jornada. Mientras que una parte del Grupo se dispuso a cenar en el Hotel, amenizados con el karaoke y pista de baile de Casiano, la otra parte salimos a dar una vuelta por el pueblo de picoteo y pinchos varios. A la mañana siguiente, después del desayuno, salimos hacia Riotinto, a las 10 comenzaba la primera actividad preparada por Ricardo, la visita al Museo Minero y Centro de Interpretación del Parque Minero de Riotinto “Ernest Lluch”, cuyo edificio albergó en su día el hospital de los mineros que trabajaban en la Compañía inglesa que explotaba las minas. En el museo están descritas las características geológicas de la comarca, su historia, la explotación de sus recursos mineros, la interesante colección de minerales, se encuentran múltiples piezas relacionadas con la minería y la metalurgia de todos los tiempos...es muy completo. Recorriendo sus salas fuimos ampliando nuestros conocimientos sobre estas explotaciones. Nos gustaron muy especialmente las maquetas que describían la evolución y la magnitud de las explotaciones a lo largo del tiempo, la sala dedicada a la explotación romana con galería incluida y el magnífico vagón del Maharajá, el vagón de vía estrecha más lujoso del mundo, construido para la Reina Victoria de Inglaterra, que fue traido a Riotinto por la Compañía para una visita de Alfonso XIII y..... nuestra guía, Presidenta consorte de La Fundación Riotinto para el estudio de la Minería y de la Metalurgia. Finalizada esta, cogimos de nuevo los coches para trasladarnos al barrio inglés, donde continuaba la visita a una de las casas. Estaba dotada de todas las comodidades y mostraba la vida tan confortable de los responsables del Staff Minero y su clasicismo. Nuestra guía, nos ofreció la posibilidad de cambiar el paseo por el barrio inglés por una visita a una gran explotación abierta, no lo dudamos y nos trasladamos a continuación a una inmensa explotación para extracción de cobre de una empresa china, donde ese domingo y todos los días se trabaja a pleno rendimiento. Desde su mirador, pudimos ver como se recogen los inmensos bloques de mineral mediante sistema de voladuras, que una máquina convierte en bolos de similar tamaño para posterior tratamiento físico-químico hasta la obtención de cobre. Tomamos unas fotografías y la caravana de vehículos se dirigió hacia su nuevo destino “La Peña de Hierro” situada a unos tres kilómetros de Nerva. “Peña de Hierro” es una mina menor comparada con las de Riotinto, pero con unas leyes en metales bastante altas. Debe su nombre al gran crestón ferruginoso que corona la mina a cielo abierto. Su historia se remonta a la época romana y como todas las minas del entorno está situada en la Faja Pirítica Ibérica, cuyos materiales tienen una edad de 300 millones de años y un origen volcánico sedimentario. Por esta razón estas tierras poseen gran cantidad de metales y sulfuros. Nada más dejar los coches ya se notaba el azufre en el aire y un picor en la garganta, suponemos lo duro que debía ser el trabajo de estos mineros tantas horas y respirando estos vapores de azufre. Nuestra guía lo corroboraba, además en verano la temperatura en galería es superior a 40ªC por lo que la dificultad era mayor. Con estos pensamientos nos adentramos en la galería que se visita, de una longitud de 200 metros......Y llegamos al final, impresionante el impacto visual, la ladera multicolor de la corta cargada de mineral, con su agua roja....su profundidad de 85 metros...... No podemos dejar de recomendar esta visita, es impresionante. En el interior de la galería, la guía nos había hecho desviarnos en un lateral para comprobar el color del agua, que era totalmente claro y transparente. Nos explicó que el color rojo lo producen unas bacterias que están en ella y que se nutren de las sales minerales disueltas y que a partir de 4 metros o más de profundidad, donde apenas llega la luz, se comprueba que el agua vuelve a ser incolora....no hacía tiempo de tirarse a comprobarlo. Aquí estuvieron los técnicos de la NASA, preparando un estudio para desarrollar en Marte, por ser Riotinto el territorio de nuestro planeta más parecido al planeta rojo. Estuvieron alojados en el mismo hotel que nosotros y bautizaron con el nombre “Arroyo Casiano”a un afluente artificial experimental de la corta, en honor y agradecimiento al dueño del Vázquez Díaz por la hospitalidad recibida. A la salida, algunos recogieron muestras de mineral de hierro y ya preparados para nuestra última visita del día, cogimos los coches a toda prisa y hacia la estación a tomar el tren que recorre el Parque Minero. Cuando llegamos, el tren nos estaba esperando y tomamos asiento en el precioso y pequeño vagón, los asientos eran de madera. Durante el recorrido te sentías trasladado en el tiempo, la contemplación de estos impactantes paisajes, la magnitud de las explotaciones, las balsas de mineral, el antiguo polo industrial, y siempre el río, el curso de este río rojo que no puedes dejar de admirar.....impresionante. En el viaje de ida escuchábamos las interesantes explicaciones y descripciones de las explotaciones que contemplábamos desde las ventanillas del tren, cargaderos, cortas, estaciones de ferrocarril,.. sacando fotos y disfrutando muchísimo de estos parajes tan inusuales, siempre acompañados del curso del río. Y llegamos a nuestra parada a mitad del recorrido, el tren siguió para dar la vuelta y una única pasajera siguió a bordo de él todo el recorrido, a los demás nos faltó tiempo para precipitarnos a toda velocidad hasta el borde de este Río Tinto tan espectacular para recoger muestras, tomar fotografías, incluso meter la mano en él como la que suscribe. No te cansas de admirarlo, pero tras estos momentos que siempre parecen muy cortos, la llamada del tren para el retorno. El recorrido de vuelta ya en silencio y sin megafonía, todos felices y contentos por la experiencia vivida. Y eran las 4 de la tarde nada menos cuando llegamos a la estación, a comer algo y casi todos menos unos pocos que se quedaban un día más, de vuelta a Madrid. Inolvidable y único, no hay palabras. Muchas gracias a Gonzalo García el Fundador del Grupo Mineralogista de Madrid por la recomendación, a Ricardo y Julio por la Dirección y Organización, que aunque Julio no pudo asistir al final, siempre está presente su trabajo, a Andrés Hernández por su generosidad y por ser nuestro guía de excepción, y a nuestros queridos compañeros de excursión que la hicieron inolvidable. Y carretera y manta, hasta pronto amigos mineralogistas. Patricia Gallego Abaroa, Tesorera Grupo Mineralogista de Madrid. |