26 Mayo 2012 Mina Horcolana. Busot. Alicante El cabezo D’or es un macizo con una altitud de 1.200 metros muy valorado por los escaladores y amigos de la montaña, situado en el término municipal de Busot (Alicante), cerca de las bonitas y turísticas grutas y cuevas de Canalobre. Desde la carretera CV-776 de Busot y junto a un aparcamiento de montaña hay varios senderos. Uno, en dirección Norte-Noroeste, nos lleva después de un recorrido muy abrupto y con unas panorámicas muy hermosas hasta la denominada casa del alemán o Casa de Gorges. A la derecha del camino, y frente a la casa, ascendemos por una senda, abrupta y empinada, que tras unos 15-20 minutos de dura ascensión, entre pinos, nos lleva directamente hasta las escombreras de la mina La Orcolana. Nuestro amigo y compañero Chimo ha llegado con un compañero y su hijo, instalándose en la zona de la escombrera en plataforma. Mientras, Pedro-Pirita, Cristina y quien garabatea estas líneas ramonean por los alrededores. Sobre la plataforma de la escombrera en la que nos encontramos, hacia la izquierda hay un gran paredón sobre cuya base, y escondida por la vegetación y algunas rocas, se encuentra la boca de un túnel con forma de arco. Nos acercamos a las ciclópeas paredes verticales situadas a unos 25 metros sobre la plataforma de la escombrera y nos topamos con un reducido grupo de escaladores ascendiendo por las mismas. Debajo de ellas encontramos algunas cavidades y el pozo principal de la mina sin protección alguna. Unos 6 ó 7 metros por encima de abre una cavidad que al introducirnos y descender a ella se va estrechando paulatinamente hasta hacer casi imposible el paso de una persona, Posiblemente, aunque parece cegada, pudiera haberse unido con alguna galería que accediese al pozo principal. A nuestro regreso a la escombrera comprobamos como Chimo y compañía no han perdido el tiempo. Han ido acumulando numerosas rocas caja de goethita con irisaciones. Los que ahora nos incorporamos extraemos la herramienta de nuestras mochilas y a partir. Todos conseguimos interesantes piezas de goethita y limonita y el muchacho que nos acompaña está loco de alegría con su primera experiencia montañesa y mineralógica. Como en tantas salidas y excursiones, el tiempo se nos ha echado encima y tenemos que empezar a descender pues el calor a estas horas -13.30 horas- no nos da ninguna tregua. De regreso a Busot unos refrescos y unas cervezas nos alivian del sofocón mientras comentamos y hacemos chascarrillos de algunos momentos y situaciones de la jornada. Al final, todos hemos sentido alguna vez que los seres humanos no hemos soñado con nada más bello que la naturaleza de la que nuestros minerales son una parte esencial. J. Alfredo Gómez Pascual |